JOSEP PLAYÀ, lavanguardia.com
El colectivo musulmán respeta la justicia pero niega que su líder sea un radical
El imán de Terrassa no es uno más entre los casi doscientos que hay en Catalunya. No, Abdeslam Laarusi dirige las oraciones y se encarga de los sermones en una de las principales, más antiguas y más grandes mezquitas de Catalunya, con una capacidad superior a las dos mil personas. Una mezquita que, pese a la reciente ampliación, muchos viernes ha de abrir sus puertas para que algunos fieles puedan rezar desde la calle porque el aforo no da para más.
Pero no es sólo una cuestión de relevancia de la mezquita o de la comunidad. Abdeslam Laarusi lleva más de doce años en Catalunya, aquí han nacido sus cinco hijos y antes de Terrassa ha interpretado y ha divulgado el Corán en Rubí, Olesa y Viladecans. Es miembro del Consell Islàmic i Cultural de Catalunya desde su creación en el 2000, ha participado en los cursos de formación en la cultura catalana coorganizados con la Generalitat y y ha acudido con otros imanes a una visita al monasterio de Montserrat donde fueron recibidos por el abad. Laarusi, nacido en Tetuán, es de formación tradicional y aprendió su oficio en una madraza. Pese al tiempo que lleva en Catalunya se expresa en árabe, aunque entiende el castellano. Pero contrariamente a lo que pueda hacer pensar la imputación que le hacen ahora los Mossos d'Esquadra, Laarusi no pertenece al islamismo radical, y mucho menos se le puede relacionar con los movimientos salafistas, según la opinión expresada por personas conocedoras del mundo musulmán en Catalunya. Es más, se recuerdan algunas de sus intervenciones en debates públicos, siempre en un tono moderado, su interés en tener unas jornadas de puertas abiertas en la mezquita y su participación en actos municipales, a los que era invitado por el Consistorio. El propio alcalde de Terrassa y líder del PSC, Pere Navarro, ha destacado su "talante moderado".
También en el barrio las asociaciones reconocen que Abdeslam Laarusi ha trabajado siempre en favor de la convivencia, aunque fuera dela comunidad es una persona casi desconocida.
"Se equivocan quienes piensan que el imán asume tesis del islamismo radical; si alguien quiere encontrar este tipo de mensajes, que vaya a las reuniones que hacen cada año los salafistas en Tarragona, pero no a Terrassa", afirmaba ayer a este diario una destacada personalidad del ámbito musulmán catalán. ¿Y sobre la acusación de los Mossos? ¿Es creíble que en las cintas grabadas el imán inste a los fieles a "corregir con actos de violencia física y psíquica contra las conductas desviadas de sus mujeres", tal como dice el comunicado de Interior?". Nadie se atreve a decir nada, aunque el atestado de los Mossos no deja lugar a dudas sobre la incitación a la violencia contra la mujer. "Vamos a respetar la presunción de inocencia y el trabajo de la justicia y luego hablaremos", dice esta misma fuente, que coincide con la versión dada ayer por representantes de la comunidad musulmana de Terrassa y por la Unió de Comunitats Islàmiques de Catalunya (Ucidcat). "Mostramos nuestro apoyo a la justicia y facilitaremos todo lo necesario para explicar la verdad, a la espera de que se aclare esta situación siempre rechazaremos cualquier interpretación que dañe a la mujer o la convivencia en Terrassa", decía el comunicado de Ucidcat. Para estos portavoces, "lo más relevante es que son las propias mujeres que acuden a la mezquita las que han dicho que no se sienten agredidas por los sermones de su imán".
La mezquita Badr (que toma el nombre de una ciudad árabe donde tuvo lugar una batalla clave en la lucha de Mahoma contra sus opositores) de Terrassa es gestionada por una asociación perteneciente a Ucidcat, una federación que ha mantenido una actitud de colaboración y buena entente con la administración y las entidades catalanas. Recientemente se ha renovado la junta de la asociación musulmana de Terrassa y ha resultado elegido Mustapha ben el Fassi, que también pertenece a Ucidcat y que ayer leyó el comunciado como presidente en funciones. La tensión que ha acompañado este último periodo ha provocado cierta división en el seno de la comunidad. Un sector de los musulmanes de Terrassa tiene la impresión de que el imán es el chivo expiatorio de alguna venganza interna y que por esa razón habría sido denunciado. Por lo que se sabe, la investigación de los Mossos estaba abierta desde hace varias semanas y ayer algunos de los presentes en la calle Pearson, frente a la mezquita, mostraban su extrañeza por la coincidencia de la citación del imán en comisaría con la proximidad del día internacional de la Mujer Trabajadora. Una coincidencia tan anecdótica si se quiere como la proximidad de la mezquita, a menos de cien metros, del monumento a la mujer trabajadora de Terrassa, del escultor Andreu Alfaro, inaugurado en 1996.
La mezquita está enclavada en el barrio de Vallparadís, aunque la mayoría de sus fieles procede del vecino barrio de Ca n'Anglada. Este barrio obrero creció con los movimientos migratorios procedentes del sur de España en los años 60, y a principios de este siglo ha acogido una importante colonia marroquí. Hoy, el 40% de sus habitantes son extranjeros; de ellos, el 66% es de origen marroquí. Una simple vista al barrio refleja la presencia de estos 3.067 marroquíes (según el último censo), que regentan numerosos bares, restaurantes y tiendas. Hace escasos días, el colectivo marroquí de la ciudad protagonizó una protesta contra las sanciones que les ha impuesto a algunos miembros de la comunidad que viajaron a Marruecos mientras perciben ayudas contra el paro. La manifestación partió de la mezquita, lugar de encuentro de la comunidad. Ayer, una de las quejas de varios vecinos se refería al estigma del colectivo y al silencio con que fue acogida esta protesta por los medios de comunicación. En el barrio la noticia del interrogatorio al imán ha causado un enorme impacto. Ayer era visible en los rostros de incredulidad y enfado de muchos de los assitentes a la plegaria de los viernes al llegar ante la mezquita y ver el despliegue de periodistas y cámaras ante la puerta principal. "Es un tema que en todo caso debemos resolver entre nosotros", decía una persona de edad, marroquí de
No hay comentarios:
Publicar un comentario