El Govern aprueba una modificación de la norma que ahora envía al Parlament.
Los oratorios islámicos que haya en Catalunya podrán tener minaretes si así lo avalan los ayuntamientos de sus respectivas localidades.
Lo ha indicado el portavoz del Govern, Francesc Homs, en la rueda de prensa posterior al Consell Executiu, en la que se ha aprobado una reforma de la Ley de Centros de Culto que el tripartito aprobó en 2009 y que ahora se envía al Parlament.
La principal novedad de la reforma es que se elimina la obligación que tenían los ayuntamientos de reservar a partir de 2019 suelo para usos religiosos en sus planes urbanísticos.
Según Homs, el Govern quiere garantizar un "absoluto respeto" al principio de autonomía municipal para que pueda decidir lo que considere oportuno sobre este tema, atendiendo a las propias necesidades que haya en cada localidad.
La ley de centros de culto garantiza también las condiciones que deben cumplir los espacios religiosos en lo relativo a aforo, seguridad, acceso, salidas de emergencia, salubridad y otras condiciones, y se amplía el plazo de 10 años para que los locales que ya existen puedan adaptarse a la normativa.
Los únicos lugares de culto que no deberán adaptarse son aquellos que se ubican en espacios protegidos por ser bienes de interés cultural o patrimonial, como por ejemplo, "iglesias románicas", ha recalcado el portavoz del Govern.
El nuevo texto establece que los lugares de culto deberán estar aislados acústicamente para evitar una posible contaminación acústica, y deja claro que las administraciones deben actuar bajo el principio de "igualdad y no discriminación", y que los poderes públicos deben considerar el grado de implementación y arraigo de las distintas confesiones.
Homs también ha recordado que los ayuntamientos se han mostrado partidarios a tener plenas competencias relativas a la reserva de suelo para finalidades de culto.
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