El debate suscitado en Europa sobre el uso del velo islámico en los espacios públicos podría ser, a juicio del sociólogo catalán Jordi Moreras, una buena oportunidad para la "integración y el acceso a la sociedad en igualdad" de las mujeres musulmanas.
Moreras, experto en comunidades musulmanas en España, aseguró, en una entrevista con Efe, que con el paso de los años y la llegada de nuevas generaciones, "esa igualdad será un hecho", a pesar de que en este momento el peso del pasado, el factor religioso o su condición de inmigrantes, "les siga marcando".
Para el sociólogo, el "hiyab" -velo que cubre sólo la cabeza de la mujer dejando la cara al descubierto- "es una de las dimensiones principales del Islam contemporáneo", que no significa tanto "una forma de vestir, sino que hace referencia más bien a la presencia de lo femenino en el espacio público".
"El asunto del velo lo hemos visto desde los años 80, incluso antes, en Francia, y en España ese debate estaba pendiente. Más tarde o más temprano íbamos a tener que abordarlo", dijo.
Moreras afirmó que más allá del debate que, sobre todo a partir del 2000, "cuando la sociedad empezó a ser consciente de que muchos de nuestros inmigrantes eran musulmanes", se estableció sobre el uso o no del velo islámico, lo realmente interesante sería conseguir que esos velos "sólo están por fuera de las cabezas y no por dentro".
Por eso, señaló, es muy importante que las distintas dimensiones que su uso adquiere "sean explicadas por parte de quienes los llevan y no a través de los ojos de los que no".
"Uno de nuestros principales errores es pensar que estamos hablando de una práctica que sólo tiene un significado. Entendemos el velo como diferenciación sexual, como una imposición, como un símbolo de identidad, práctica cultural, independencia o emancipación", apuntó.
Pero, continuó, "¿cuál de esos significados prevalece por encima de los otros?. El velo reivindicado es un velo político, el integral también, pero no necesariamente siempre será así. No todas las mujeres que lleva el 'niqab' - el que cubre totalmente la cara - en nuestros países reivindican su uso".
Para el sociólogo, la clave del uso de los velos islámicos está en su sentido religioso, porque "las religiones siempre han tratado a las mujeres como una honra de la comunidad, como algo que no se puede tocar, y es bajo ese principio cuando el velo se presenta también como un elemento de diferenciación sexual, de género".
Sin embargo puntualizó que esa diferenciación existe "no tanto por ellas, sino por nosotros, que somos los que ponemos mala cara cuando vemos a una mujer con hiyab acudir a una entrevista de trabajo".
"No podemos decir, sí, te doy trabajo, pero quítate eso. ¿Dónde está el problema entonces, en su falta de liberación, en que no tiene capacidad para ser una buena profesional o en que nuestras miradas siguen siendo poco comprensivas?", subrayó.
En ese sentido, Moreras explicó que actualmente existe una intensa línea de trabajo en torno al feminismo islámico, "que está haciendo entender algo que desde hace muchos años ha estado presente en la historia del Islam, la historia de las mujeres".
"Que hoy en día haya mujeres que sean capaces de atesorar conocimiento, estudios y que interpreten el Islam desde otra perspectiva distinta a la masculina, es una oportunidad que deberíamos de trabajar", aseguró.
Pero para ello, indicó, "es importante saber que no es una cuestión moderna, que no sólo concierne a Occidente, que no son cuatro mujeres musulmanas, sino que hay muchas en otros sitios como Indonesia, Malasia o Arabia Saudí donde también la mujer lucha por abrirse un hueco en la sociedad".
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