domingo, 16 de mayo de 2010

La mayoría de los europeos se sienten vinculados con algún credo

Jesús Vicioso, vidanueva.es
Los valores religiosos siguen incidiendo, en general, en la vida de los europeos, según se desprende del estudio European Mindset, realizado por la Fundación BBVA, que ha sondeado en catorce países los valores comunes, tanto de carácter público —desde la identidad comunitaria, la política o la economía—, hasta los más privados, como la religión y la ética. Aunque no de manera unívoca, las profundas raíces cristianas que han marcado el devenir histórico del Viejo Continente siguen muy presentes.
La gran mayoría de los ciudadanos de los países analizados —doce de la Unión Europea (Bélgica, Bulgaria, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Polonia, Portugal, España, Suecia y Reino Unido), más Suiza y Turquía— se sienten ligados a algún credo. Proporción que llega casi al 68% en el caso de la Unión Europea (UE). Nueve de cada diez griegos y polacos afirman abiertamente su pertenencia a alguna religión, casi el total de la población en el caso de los turcos. En España, el porcentaje también es alto: son creyentes siete de cada diez habitantes.
Los sociólogos Pedro González Blasco, marianista, y Fernando Vidal Fernández, laico y profesor de la Universidad Pontificia Comillas, han valorado para Vida Nueva los resultados del estudio. Blasco señala que el trabajo muestra un fenómeno curioso: “Por una parte, hay una pertenencia sin creencia, que se da en los que podríamos llamar católicos nominales, aquéllos que se definen católicos pero que, en realidad, creen poco. También se da una creencia sin pertenencia: gente que cree en Dios, pero que no pertenece a la Iglesia católica”.

Para Vidal, secularizarse no es acercarse más al resto de países del continente. “Europeizarnos quiere decir hacernos más cooperadores y plurales en lo religioso. (…) Sin embargo, España se pasa en la secularización. El modelo aquí rebasa al europeo. Parece que muchos identifican secularización con europeización, y no es así; secularizarse no es europeizarse”.
Donde sí hay un gran consenso es en la separación entre el Estado y la religión, disociación avalada por más del 70% de la ciudadanía, que entiende ésta como una de las cuestiones centrales de la arquitectura institucional de Europa. No obstante, hay división entre quienes piensan que el Estado debe o no ayudar a las confesiones religiosas, incluso aun habiendo división entre ambos entes: la mitad de la UE está de acuerdo con el apoyo estatal a las religiones, frente a la otra mitad, que se manifiesta contraria.
“Europa, en general, se identifica con la democracia y con los valores cristianos, aunque esto sea compatible con una cierta exclusión del catolicismo de la cultura actual. Los españoles ahí difieren un poco, ya que ellos insisten en el pacifismo. Creo que eso alude al recuerdo de la Guerra Civil, por lo que los españoles dicen que no a más guerras y, entonces, hay un reforzamiento del pacifismo”, señala Blasco.
Rechazo al aborto
Sin embargo, las opiniones están más encontradas al abordar la eutanasia y, sobre todo, el aborto. La muerte asistida de enfermos terminales genera mayor rechazo en los países más practicantes –Polonia, Grecia y Turquía–, mientras que expresan más conformidad suizos, daneses, suecos y belgas. El caso del aborto es más controvertido: extensamente aprobado en Dinamarca y Suecia —la media es superior al 8 sobre 10—, genera gran división en la mayor parte del resto de países. Grecia, Polonia, Italia y Reino Unido, por debajo del 5 sobre 10, consideran esta conducta más inaceptable. En España, la aceptación de la eutanasia supera, con un 6,8, la media de 6,3, pero lo que divide más es el aborto, con un 5,1 (la media es de un 5,2).
Ahondando en otras conductas, prevalece la desaprobación de prácticas como las madres de alquiler, las bodas homosexuales y la adopción o concepción de hijos por estas parejas. No obstante, los españoles vuelven a desmarcarse de la media y son más condescendientes –con daneses, suecos y belgas– con el matrimonio homosexual (5,7 sobre 10 frente al 4,2 de la media) y a la descendencia entre estas parejas (5,3 frente al 3,9 europeo en el caso de la adopción y un 5,0 frente al 3,6 de la UE en el caso de tener hijos concebidos recurriendo a donantes de semen o de óvulos).
Símbolos religiosos
El estudio European Mindset también se ocupa de la exhibición de signos religiosos en la esfera pública, especialmente de su presencia en los centros educativos, en lo que también se observan distintas posturas. En los países de la Unión Europea (UE), el 54,4% de los ciudadanos está de acuerdo en exteriorizar su fe mediante crucifijos, mientras que los velos y kipás son rechazados por el 52,6% y 44,2%, respectivamente. En esto, la sociedad española iguala la media de la UE: la mitad del país aprueba la exhibición de cruces, igual porcentaje que rechaza el velo.

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