Catalunya cuenta con cerca de 250.000 inmigrantes de origen marroquí, pakistaní, senegalés o de otras nacionalidades y una minoría de conversos que se consideran musulmanes. Nunca en su historia hubo tantos musulmanes y nunca hubo tantas organizaciones que dicen ser sus portavoces. Lo difícil es saber cuál es su representatividad y su peso entre las 180 entidades religiosas distribuidas por todo el territorio. El Consell Islàmic i Cultural de Catalunya, que es de momento el único interlocutor reconocido por la Generalitat, es cuestionado desde distintos sectores, y ese proceso coincide con la crisis de la Comisión Islámica de España, donde un número también importante de entidades religiosas no se sienten representadas.
"Lo que está en juego es el futuro del islam en Catalunya y en España", asegura con cierta preocupación Mohamed Halhoul, portavoz del Consell Islàmic. Otro buen conocedor de la realidad musulmana, Abdenur Prado, presidente de la Junta Islàmica Catalana, cree que "pensar ahora en una interlocución única y eficaz es una ilusión" por "las diferencias doctrinales, de origen e incluso de lengua en la comunidadmusulmana", pero también porque "el grado de precariedad social y organizativa lo impide".
Mohamed Chaib, diputado del PSC y miembro del Consejo Consultivo de Marruecos en el exterior, persona influyente en el ámbito musulmán, considera que la gota que ha colmado el vaso es la conversión del Consell Islàmic en una entidad comercial denominada Travel Tours Consejo Islámico de Cataluña SL para poder organizar los viajes de peregrinación a La Meca. "Esa decisión desvirtúa el proyecto inicial", dice Chaib. Y añade que algunos sectores moderados del islam empezaron a distanciarse del Consell cuando trascendió la militancia tabligh de su presidente, el imán del Raval, Lahcen Saaou, presidente del Consell Islàmic. Todo ello ha llevado al abandono del Consell por parte de algunas entidades.
Mohamed Halhoul lamenta esa campaña y explica la diferencia entre el Consell Islàmic i Cultural de Catalunya, la Federación Consejo Islámico –que agrupa a 25 entidades y está presidida por Lardi Achrki, de Cornellà– y la empresa Travel Tours Consejo Islámico SL, nacida de un convenio con una agencia de viajes y que responde a una imposición de Arabia Saudí que exige la profesionalización de los viajes a La Meca. Halhoul lamenta los intentos de usurpar el poder en el Consell sin esperar a las elecciones del 2013 y explica que se ha abierto un "consejo disciplinario" a Noureddine Ziani, y que ha sido expulsado de la junta. "No podemos aceptar que se interpongan intereses personales, de protagonismo o intereses de otros países", concluye.
Noureddine Ziani, presidente de la asociación de Vilanova del Camí, y Mimoun Jalich Hamou, representante de la comunidad musulmana de Calella, son dos de los impulsores de la Unión de Centros Islámicos de Catalunya que pretende avanzar en la creación de una futura comisión islámica de Catalunya, en el marco de una nueva organización autonómica de la Comisión Islámica de España. Empezó en junio con 18 entidades y se ha extendido al Maresme y Girona. "Ahora hay una confusión tremenda y las entidades no se sienten representadas en el Consell, por eso hemos pedido a la Generalitat que congele las ayudas y hemos abierto un proceso transparente para ir sumando esfuerzos", dice Ziani. "Hay que evitar caer en errores del pasado", añade Mimoun.
El pasado mes de agosto hubo otro episodio confuso cuando en un curso de formación en Marruecos el rey Mohamed VI recibió en audiencia a diversos participantes, entre ellos Ziani, presentado como presidente del Consell Islàmic. "Fue un error de protocolo, pero se ha utilizado en mi contra", se justifica Ziani.
Otras fuentes relacionan la creación de la Casa de Marruecos en Barcelona, prevista para el año 2011, con el interés de ese país por controlar las entidades musulmanas y evitar la infiltración de elementos radicales o integristas. Al margen del Consell y de la la nueva federación, se mueve la Unió de Comunitats Islàmiques de Catalunya, la versión catalana de la Ucide estatal.
Su presidente, Hassan Bidar, de Terrassa, dice que representan a unas 35-40 entidades religiosas. la mayoría de Barcelona y Lleida. Otros colectivos, como la comunidad pakistaní, se han mantenido también al margen, lo cual refuerza esa imagen de fragmentación.
- Las ayudas del Estado y la Generalitat
La dirección general de Afers Religiosos subvencionó el año pasado al Consell Islàmic i Cultural de Catalunya con 412.180 euros en el marco del "convenio plurianual 2008-2011 para proyectos de convivencia e integración de la comunidad musulmana". Esta subvención se reparte año a año y se exige la acreditación de los gastos de las actividades. Aunque se adjudicó al Consell, este presentó una propuesta avalada por 35 entidades musulmanas.
Según la Generalitat, ninguna otra federación presentó solicitudes. Sin embargo, otras entidades han recibido ayudas de otras líneas, como sería el caso de la Junta Islámica Catalana, que recibió 6.850 euros para ediciones en catalán, y también de los municipios. Por su parte, la fundación Pluralismo y Convivencia, que depende del Ministerio de Justicia, ha concedido este año 2,7 millones de euros de ayudas a las comunidades religiosas locales "que desarrollen actividades de tipo cultural, educativo y de integración social" (incluidas todas las religiones). Cincuenta entidades musulmanas catalanas recibieron una ayuda global de 241.000 euros. El Consell Islàmic recibió 13.700. Otras ayudas importantes fueron para la Comunidad Islámica de Catalunña, 12.700; las dos de Camino de la Paz, 28.000; la comunidad Al Huda de l'Hospitalet, 11.000, y la de Montmeló, 7.500.
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