La víctima, Fátima Ghailan, mediadora cultural, espera "poder pasar página"
El juzgado penal número 2 de la Audiencia de Tarragona ha condenado al imán de Cunit (Baix Penedès) y al líder religioso de esta localidad, Mhamed Benbrahim y Abderrahmán el Osri, a una pena de 9 meses y un año de cárcel respectivamente, por un delito de coacciones graves ejercidas contra la mediadora cultural del municipio, Fátima Ghailán.
A la espera de conocer los términos exactos del fallo, Ghailán acaba de expresar su satisfacción y su voluntad de "que sea un punto y aparte en mi vida y que no se vuelvan a producir sucesos como los que yo sufrí".
La sentencia también condena a la hija del líder de la comunidad islámica, a una multa de 730 euros también por coacciones graves.
Durante el juicio, celebrado el 1 de julio, la mediadora cultural describió un proceso de acoso y amenazas por parte de los acusados debido a que la consideraban "mala musulmana". Un acoso que se concretó en amenazas verbales a los hijos de Ghailán y un intento de agresión en la calle, así como llamadas telefónicas anónimas.
Presión constante
La fiscalía había solicitado cinco años de cárcel para cada uno de los dos principales acusados, por los delitos de coacciones, calumnias y amenazas.
La sentencia considera probado que "la mediadora ha padecido una presión constante por la comunidad marroquí impulsada por los acusados, materializándose en una lesión psíquica, esto es, en un cuadro de trastorno adaptativo con reacción depresiva producida por la manera de vivenciar una situación estresante".
Fátima Ghailán también acusó a la alcaldesa del municipio de no defenderla de los ataques sufridos. La sentencia en este sentido considera probado que "la mediadora cultural lo puso en conocimiento de sus superiores en el Ayuntamiento de Cunit sin que hubiera una reacción administrativa al respecto".
Respecto al líder religioso, la sentencia describe que "inició una campaña de presión familiar contra la acusada al insinuar a su marido que la abandonara e instó una campaña de desprestigio profesional contra la mediadora cultural, interesando ante distintas instancias públicas su despido del ayuntamiento de Cunit".
Por lo que respecta al imán, se considera probado que "interesó que se llevara a cabo una campaña de desprestigio contra la perjudicada, teniendo una actitud violenta contra ella, llegando a amenazarla y a decirle que iba a acabar con ella y con su familia, interesando igualmente su expulsión del ayuntamiento de Cunit".
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