jueves, 9 de septiembre de 2010

Condena global a la quema de coranes

YOLANDA MONGE - Washington - 09/09/2010
La Casa Blanca, los líderes religiosos de EE UU, la UE y el Papa critican la intolerancia religiosa y la "histeria antimusulmana" en vísperas del 11-S.
El fanático jefe de una Iglesia que cuenta con apenas 50 seguidores ha logrado desencadenar un escándalo mundial al anunciar -e insistir en ello- que el próximo sábado, noveno aniversario de los ataques terroristas del 11-S, planea una quema masiva de copias del Corán como advertencia al extremismo islamico.
"Lo vamos a hacer, claro que sí", declaraba ayer Terry Jones, pastor que guía los pasos -y el odio contra los musulmanes- de un puñado de feligreses en el progresista pueblo de Gainesville (Florida). La congregación de Jones no está adscrita a ninguna denominación religiosa concreta, aunque sigue la tradición pentecostal. El Dove Outreach Center -así se denomina la iglesia de Jones- era ignorado por los habitantes de la localidad que acoge la Universidad de Florida hasta que el reverendo comenzó su particular campaña propagandística contra el islam.

"Vamos a mandar un claro mensaje al islam", proclama Jones ahora al mundo. "No dejaremos que su terror nos controle, no seremos dominados", dice. "Creemos que ha llegado la hora de que América sea América".

Naciones Unidas, el Vaticano, la Casa Blanca, la Unión Europea y personalidades relevantes han pedido a Jones que cancele sus fanáticos planes con mayor o menor diplomacia. La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ha calificado de "vergonzoso" el proyecto de Jones. "Me reconforta saber que líderes religiosos de distintas creencias consideran el acto irrespetuoso", declaró Clinton.

Los principales líderes judíos, musulmanes y de la Iglesia católica de EE UU han condenado la "histeria antimusulmana" desatada en el país, informa Reuters. En un comunicado difundido la noche del martes, los responsables religiosos denuncian la "desinformación e intolerancia absoluta" contra los musulmanes. "Atacar alguna religión en EE UU es violentar la libertad religiosa de todos los estadounidenses". Para el fiscal general del Estado, Eric Holder, la hoguera es simplemente el recurso de "un idiota", aunque no por ello deja de ser "peligroso".

Jones asegura haber recibido más de 100 amenazas de muerte desde que inició la campaña que denominó: "Día Internacional de la Quema del Corán". Debido a ello, el pastor de alargada figura y frondosos bigotes, de 58 años, ha decidido armarse con una pistola del calibre 40 que lleva bien pegada a su cadera en una cartuchera.

"Tenemos que mandar un mensaje claro a los islamistas radicales", declaró el reverendo esta semana frente a las cámaras de televisión, con un letrero a sus espaldas -que da la bienvenida a su iglesia- que rezaba "El islam es del demonio". "¿Cuánto más vamos a aguantar? ¿Cuánto podemos retroceder? ¿Cuántas veces más haremos concesiones?", dijo Jones a la agencia Associated Press. "En lugar de dar marcha atrás, tal vez ha llegado la hora de levantarse. Quizá es hora de enviar un mensaje al islamismo radical de que no vamos a tolerar su comportamiento", agregaba Jones.

Su comunión con la protesta radical no es nueva y data de mucho antes de los atentados de Nueva York, Washington y Pensilvania. Durante más de 30 años, Jones dirigió una parroquia con unos 1.000 fieles en un barrio pobre de Colonia (Alemania) -labor que combinaba con un negocio fracasado de venta de muebles usados en el portal de Internet eBay, cachivaches que ahora almacena en la Iglesia-. Pero el cada vez mayor número de inmigrantes turcos que llegaban a la ciudad -y que precisamente no comulgaban con las ideas xenófobas y antimusulmanas del pastor- o quizá las veladas acusaciones -confirmadas por Emma Jones, hija de su primer matrimonio- de que el reverendo usaba los fondos de la iglesia para sus gastos personales hicieron que el pastor emigrara a Florida en 2008.

La particular hoguera de Jones está protegida por la Primera Enmienda de la Constitución Americana. Jones es libre de decir y hacer lo que quiera. Hasta el momento, la única cortapisa que enfrenta su enloquecida propaganda es que el Departamento de Bomberos de Gainesville le ha denegado el permiso para realizar la fogata. Pero violar la ordenanza municipal sólo le acarreará una multa que con seguridad pagará con gusto.

Para contrarrestar la jornada de fuego contra el Corán de Jones, el alcalde de la ciudad, Craig Lowe, ha declarado que el sábado será considerado en Gainesville como "Día de la Solidaridad Interreligiosa".

Lowe ha sido en el pasado reciente objetivo de los desvaríos del pastor. A comienzos de este año, el líder religioso inició una campaña contra el político que aspiraba a la alcaldía por su declarada homosexualidad. "No queremos un alcalde homo", rezaba una pancarta a la entrada de su minoritaria Iglesia. Lowe es hoy el primer alcalde de la ciudad de Gainesville que reconoce ser gay.

El Vaticano tachó ayer la iniciativa de Jones de "ultraje a un libro considerado sagrado", un gesto "grave y escandaloso". El Consejo Pontificio para el Diálogo Inter-Religioso emitió una nota en que se recuerda que todos los responsables religiosos "están llamados a renovar la firme condena de cada forma de violencia, en particular aquella llevada a cabo en nombre de la religión".

Europa también ha censurado los planes del pastor de Florida. La Alta Representante de la Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, abogó por el "respeto de todas las creencias religiosas". Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon ha condenado los planes de la Iglesia de Florida que "contradicen los esfuerzos de numerosas personas en el mundo para fomentar la tolerancia, la comprensión y el respeto entre las religiones".

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