“Cristianos y musulmanes: juntos para vencer la violencia entre fieles de religiones diferentes”. Es el mensaje enviado por el dicasterio del Papa para el diálogo interreligioso, con motivo de la conclusión del Ramadán, que se ha hecho público este viernes.
Dirigiéndose a los queridos amigos musulmanes, también este año, el presidente y el secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, el Card. Jean Louis Tauran y el arzobispo Pier Luigi Celata, firman este mensaje, con los mejores deseos de paz y alegría y con el anhelo de que Dios premie los esfuerzos, que han realizado en el mes que han dedicado a rezar, ayunar y ayudar a los más necesitados.
Espiritualmente cercanos, junto con los creyentes de otras religiones y en especial los cristianos, el mensaje alienta a reflexionar sobre la importancia y apremiante actualidad – al menos en algunas partes del mundo – de perseverar en la promoción del diálogo. Como muestra precisamente el tema sugerido por el mismo Pontificio Consejo – “Cristianos y musulmanes: juntos para vencer la violencia entre fieles de religiones diferentes”.
Tema en el que se ha profundizado asimismo en la reunión anual que se celebró en El Cairo, el pasado mes de febrero, del comité mixto para el Diálogo, instituido por este dicasterio pontificio y por el Comité permanente de Al Azhar, para el Diálogo entre las Religiones Monoteístas.
Reiterando precisamente las conclusiones de este encuentro, el mensaje recuerda que “entre las causas de la violencia entre fieles de religiones diferentes se pueden indicar la manipulación de la religión con fines políticos y de otra índole; la discriminación por motivos étnicos y de identidad religiosa; las divisiones y las tensiones sociales. Sin olvidar que la ignorancia, la pobreza, el subdesarrollo y la injusticia son también fuentes directa o indirectamente de violencia entre las religiones así como en el interior de las mismas”.
En este contexto, el mensaje del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso expresa el anhelo de “¡que las autoridades civiles y religiosas puedan brindar su contribución, para que se impulse el bien común de toda la sociedad y que las autoridades civiles correspondientes aseguren una justicia verdadera y se detenga a los autores y promotores de la violencia!”.
Refiriéndose, una vez más, a las conclusiones de la reunión en la capital egipcia, el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso renueva las importantes recomendaciones que se adoptaron en el texto final: “abrir nuestros corazones al perdón recíproco y a la reconciliación, para una convivencia pacífica y fructuosa. Reconocer, como base de una cultura del diálogo, aquello que tenemos en común y lo que nos diferencia. Reconocer y respetar la dignidad y los derechos de todo ser humano, sin distinción alguna. Necesidad de promulgar leyes justas que garanticen la igualdad fundamental entre todos. Importancia de la formación al respeto, al diálogo y a la hermandad en los ámbitos educativos, como son el hogar, la escuela, las iglesias y las mezquitas. De este modo, podremos contrastar la violencia entre fieles de religiones diferentes y promover la paz y la armonía entre las comunidades religiosas”.
Recordando también la importancia de la educación de los jóvenes y de que los líderes religiosos y los textos escolares presenten a las religiones de manera objetiva, el mensaje concluye renovando el anhelo de perseverar en el diálogo sereno y afianzado en el respeto e invocando la bendición de Dios.
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