La prohibición total del velo integral en Francia choca con la Constitución

LLUÍS URÍA, lavanguardia.es

Una prohibición total del niqab y el burka podría vulnerar los derechos y libertades constitucionales

La prohibición total del velo integral musulmán en Francia se aleja. Requerido por el primer ministro, François Fillon, el Consejo de Estado emitió ayer un informe jurídico en el que desaconseja vivamente una prohibición general del niqab y el burka –prendas utilizadas por los integristas islámicos que ocultan la casi totalidad del cuerpo de la mujer, incluido el rostro–. El dictamen del Consejo de Estado, máxima jurisdicción administrativa en Francia, avala la opción posibilista de la comisión parlamentaria que estudió el asunto, favorable a una prohibición parcial en los servicios públicos, y echa un jarro de agua fría sobre la postura maximalista que encarna el jefe de filas de la UMP en la Asamblea Nacional, Jean-François Copé.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, hasta ahora partidario de abordar el problema con prudencia, cambió de actitud tras la derrota de su partido en las elecciones regionales y la semana pasada anunció, en un gesto de firmeza dirigido al electorado conservador, la aprobación de una ley para prohibir el burka. No dijo cómo ni dónde. Su primer ministro, reunido el lunes con el grupo parlamentario de la UMP, expresó vagamente su intención de ir "lo más lejos posible". A la vista de la opinión del Consejo de Estado –cuyo dictamen no es vinculante, pero tiene un peso indudable–, parece difícil que la prohibición vaya a ser general.

El Consejo de Estado apela a la jurisprudencia del Consejo Constitucional y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos para advertir que en favor de la prohibición total del velo no hay "ningún fundamento jurídico incontestable", mientras que, por el contrario, podría incurrir en "riesgos jurídicos serios" de vulnerar los derechos y libertades garantizados en la Constitución y en los acuerdos internacionales. Pese a la contundencia del informe, los prohibicionistas, con Jean-François Copé a la cabeza en la derecha y el diputado socialista Manuel Valls en la izquierda, insistían ayer en la necesidad de erradicar totalmente el burka del territorio de la República.

Nada, sin embargo, justificaría tal medida a juicio del Consejo de Estado, que subraya que con las normas y reglamentos ya existentes Francia "es uno de los estados más restrictivos" en la materia. Uno a uno, la máxima jurisdicción administrativa francesa desmonta todos los argumentos en favor de la interdicción general: ni la salvaguarda del principio de laicidad –que a su juicio sólo obliga al Estado, pero no a los particulares–, ni la protección de la dignidad de la persona –concepto que incluye también el libre albedrío–, ni la defensa de la igualdad entre hombres y mujeres –puesto que en muchos casos la decisión de llevar estas prendas es voluntaria–, ni la necesidad de garantizar la seguridad pública –algo que presupone la existencia de amenazas concretas y medidas proporcionales– se pueden invocar para justificar la prohibición total del velo.

En cambio, el Consejo de Estado ve posible la prohibición de la ocultación del rostro, en aras del orden público y de la lucha contra el fraude, en lugares determinados o circunstancias excepcionales: tribunales, colegios electorales, oficinas del registro civil, recogida de niños a la salida de las escuelas, hospitales, exámenes y concursos públicos, bancos, joyerías, museos, determinadas estaciones, grandes almacenes en periodos de mucha afluencia, grandes acontecimientos deportivos, conferencias internacionales, ferias, mercadillos... La lista no es exhaustiva y sólo se da a título de ejemplo, pues corresponde al legislador decidirlo. El Consejo de Estado rechaza asimismo la aplicación de multas a las mujeres que vistan tales prendas –opta por una especie de amonestación–, aunque aboga por castigar penalmente a quien las fuerce.