La Universidad Francisco de Vitoria comienza el ciclo de las Horas Newman con un tema de gran importancia y rigurosa actualidad: ¿Es la vida sagrada? Para responder a la pregunta se reunieron cuatro representantes de diferentes creencias: judía, musulmana, evangélica y católica.
Bajo el título “¿Por qué se empeñan en decir que la vida es sagrada? los invitados defendieron el sentido y significado de la vida desde las religiones que representan. Todos ellos coincidieron en el valor sagrado de la vida y lo defendieron según sus criterios religiosos.
El acto comenzó con la intervención de Baruj Garzón, Gran Rabino de Madrid, que destacó que el concepto de creación es fundamental para entender nuestra postura ante la vida. “Dios es el creador del universo y de todo lo que contiene, es el dueño de la vida y de todo lo creado. Yo no soy dueño de mi vida, no puedo disponer de ella y menos disponer de la vida del prójimo. Todo lo creado tiene un propósito, un por qué y para qué ha sido creado. Por lo tanto tiene un valor propio. El ser humano portador de la vida es también portador del espíritu y es el único creado así, de ahí su transcendencia. Visto desde la óptica divina, el ser humano es la cúspide y la finalidad de la creación divina.” En su discurso, Baruj remarcó que la vida humana es un valor supremo que todos debemos cuidar y preservar.
“La preservación de una sola vida humana, equivale a preservar la vida del mundo entero. Para los judíos es tan importante la vida humana que la necesidad de salvar una sola vida hace que se anulen todo el resto de preceptos. Es la única razón por la que un judío puede no obedecer los mandatos, aunque fuera para salvar la vida del enemigo. La razón de nuestra sacralizad es la apertura a la trascendencia”. Baruj hizo una reflexión y lanzó una pregunta. “Nuestros padres renunciaron a muchas cosas para darnos la vida ¿dónde están actualmente esos valores? Y finalizó recordando que los judíos no brindan a la salud, sino que brindan por la vida.
A continuación habló Riay Tatary, Imám de la Comunidad Islámica de España, que se unió a la defensa de la vida y manifestó que Dios es único, es el Dios de todos. La vida es una sola vida y la religión es una sola religión. Con estas palabras abrió su discurso y destacó que” la vida es sagrada y cualquier agresión a una vida humana es como si se matara a toda la humanidad.” Según Riay para los musulmanes el nido de la unidad es la familia, si la familia no está bien no tendremos una sociedad bien construida.”
Tras las palabras del representante musulmán, habló José Pablo Sánchez, director de la Asociación Evangélica Decisión que defendió lo sagrado de la vida y su relación con la santidad. “Proteger la vida humana es santo y todo lo santo es propiedad de Dios. De esta manera el hombre no tiene derecho a acabar con la vida humana.” El representante de la iglesia evangélica lanzó el siguiente mensaje “es tiempo de unidad y es importante unir fuerzas sobre todo para este tema tan importante como es el valor de la vida.”
Por último, el sacerdote Florencio Sánchez, director del Instituto John Henry Newman de la UFV, explicó que tanto él como el resto de invitados coinciden en la respuesta de que la vida sí es sagrada, son visiones desde diferentes ángulos pero que llegan a la misma meta.
El sacerdote destacó el valor de la vida “va más allá de los avatares de la vida. No es una idea, es un don divino. Un niño es un regalo que vale más que la propia vida. Nuestra vida es un don, no es casualidad y por ser un don de Dios es sagrada. Esto nos lo dice una fe sencilla y el sentido común.”
Florencio Sánchez LC recordó que la razón sin la fe no tiene sentido. “Lo sagrado de la vida humana puede conocerse por la razón y por la fe y ambas tienen que ir siempre juntas.”
El religioso afirmó que “el valor de la vida se comprende mejor en la experiencia, no se trata de una teoría o una abstracción. Pero para eso es necesario no censurar la razón ni la realidad “En la afirmación de la ministra al decir que el embrión era una vida pero no humana había un reconocimiento de esa racionalidad, y a su vez, una censura de la razón ante la realidad de la que se iba a legislar. Porque si fuera vida y humana no podría firmarse la ley del aborto. Cuando no se tiene prisa es posible ver lo sublime de cualquier vida, pero el legislador tiene prisa”.
Después de escuchar a los ponentes se abrió un coloquio en el que participaron los asistentes. Entre las preguntas lanzadas hubo una sobre los no creyentes. El Padre Florencio contestó que en el fondo de un ateo hay una huella de Dios y en su corazón una intuición humana.
Fue un coloquio profundo en el que se escucharon diferentes voces y experiencias acerca del sentido de la maternidad y su valor, y en el que la razón se puso a prueba.
Una vez más la Universidad Francisco de Vitoria ha hecho universidad y ha ejercitado la libertad abriendo su puertas al diálogo de las ideas, respetando los diferentes criterios y opiniones surgidas en esta Hora Newman extraordinaria sobre el valor de la vida.
Bajo el título “¿Por qué se empeñan en decir que la vida es sagrada? los invitados defendieron el sentido y significado de la vida desde las religiones que representan. Todos ellos coincidieron en el valor sagrado de la vida y lo defendieron según sus criterios religiosos.
El acto comenzó con la intervención de Baruj Garzón, Gran Rabino de Madrid, que destacó que el concepto de creación es fundamental para entender nuestra postura ante la vida. “Dios es el creador del universo y de todo lo que contiene, es el dueño de la vida y de todo lo creado. Yo no soy dueño de mi vida, no puedo disponer de ella y menos disponer de la vida del prójimo. Todo lo creado tiene un propósito, un por qué y para qué ha sido creado. Por lo tanto tiene un valor propio. El ser humano portador de la vida es también portador del espíritu y es el único creado así, de ahí su transcendencia. Visto desde la óptica divina, el ser humano es la cúspide y la finalidad de la creación divina.” En su discurso, Baruj remarcó que la vida humana es un valor supremo que todos debemos cuidar y preservar.
“La preservación de una sola vida humana, equivale a preservar la vida del mundo entero. Para los judíos es tan importante la vida humana que la necesidad de salvar una sola vida hace que se anulen todo el resto de preceptos. Es la única razón por la que un judío puede no obedecer los mandatos, aunque fuera para salvar la vida del enemigo. La razón de nuestra sacralizad es la apertura a la trascendencia”. Baruj hizo una reflexión y lanzó una pregunta. “Nuestros padres renunciaron a muchas cosas para darnos la vida ¿dónde están actualmente esos valores? Y finalizó recordando que los judíos no brindan a la salud, sino que brindan por la vida.
A continuación habló Riay Tatary, Imám de la Comunidad Islámica de España, que se unió a la defensa de la vida y manifestó que Dios es único, es el Dios de todos. La vida es una sola vida y la religión es una sola religión. Con estas palabras abrió su discurso y destacó que” la vida es sagrada y cualquier agresión a una vida humana es como si se matara a toda la humanidad.” Según Riay para los musulmanes el nido de la unidad es la familia, si la familia no está bien no tendremos una sociedad bien construida.”
Tras las palabras del representante musulmán, habló José Pablo Sánchez, director de la Asociación Evangélica Decisión que defendió lo sagrado de la vida y su relación con la santidad. “Proteger la vida humana es santo y todo lo santo es propiedad de Dios. De esta manera el hombre no tiene derecho a acabar con la vida humana.” El representante de la iglesia evangélica lanzó el siguiente mensaje “es tiempo de unidad y es importante unir fuerzas sobre todo para este tema tan importante como es el valor de la vida.”
Por último, el sacerdote Florencio Sánchez, director del Instituto John Henry Newman de la UFV, explicó que tanto él como el resto de invitados coinciden en la respuesta de que la vida sí es sagrada, son visiones desde diferentes ángulos pero que llegan a la misma meta.
El sacerdote destacó el valor de la vida “va más allá de los avatares de la vida. No es una idea, es un don divino. Un niño es un regalo que vale más que la propia vida. Nuestra vida es un don, no es casualidad y por ser un don de Dios es sagrada. Esto nos lo dice una fe sencilla y el sentido común.”
Florencio Sánchez LC recordó que la razón sin la fe no tiene sentido. “Lo sagrado de la vida humana puede conocerse por la razón y por la fe y ambas tienen que ir siempre juntas.”
El religioso afirmó que “el valor de la vida se comprende mejor en la experiencia, no se trata de una teoría o una abstracción. Pero para eso es necesario no censurar la razón ni la realidad “En la afirmación de la ministra al decir que el embrión era una vida pero no humana había un reconocimiento de esa racionalidad, y a su vez, una censura de la razón ante la realidad de la que se iba a legislar. Porque si fuera vida y humana no podría firmarse la ley del aborto. Cuando no se tiene prisa es posible ver lo sublime de cualquier vida, pero el legislador tiene prisa”.
Después de escuchar a los ponentes se abrió un coloquio en el que participaron los asistentes. Entre las preguntas lanzadas hubo una sobre los no creyentes. El Padre Florencio contestó que en el fondo de un ateo hay una huella de Dios y en su corazón una intuición humana.
Fue un coloquio profundo en el que se escucharon diferentes voces y experiencias acerca del sentido de la maternidad y su valor, y en el que la razón se puso a prueba.
Una vez más la Universidad Francisco de Vitoria ha hecho universidad y ha ejercitado la libertad abriendo su puertas al diálogo de las ideas, respetando los diferentes criterios y opiniones surgidas en esta Hora Newman extraordinaria sobre el valor de la vida.
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