EFE. Casablanca
El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, ha defendido hoy el derecho de la comunidad musulmana a contar con una mezquita en la capital catalana, donde no existe ninguna, aunque no ha querido precisar qué distrito debería acogerlo, ya que ha dicho, es un proceso que tiene que partir de este colectivo religioso.
Hereu, que se encuentra de viaje oficial en Marruecos, donde ha visitado hoy en Casablanca la gran mezquita de Hassan II, una de la más grandes del mundo, ha dicho que todas las religiones han de tener la capacidad de contar con sus centros de culto, unos equipamientos básicos que recoge la Ley "En Cataluña hay una ley (la de centros de culto) que expresa la necesidad de ir desarrollando estos equipamientos y eso se hace desde las autonomías de cada una de las religiones", ha señalado el alcalde, para quien "las ciudades son un espacio de valores donde se han de desarrollar, y que han de permitir el marco donde hacerlo".
Hereu ha recalcado que no le toca al ayuntamiento fijar dónde se debe construir los templos, "sino generar el marco donde se puedan tirar adelante los proyectos, no somos nosotros quienes debemos hacerlos, somos una sociedad laica".
La gran Mezquita de Hassan II que hoy ha visitado el alcalde pocas horas antes de coger el vuelo de regreso para Barcelona es un impresionante templo construido junto al mar Mediterráneo, entre 1987 y 1993, en cuyo recinto caben 105.000 fieles, 80.00 en la explanada y 25.000 bajo cubierto (20.000 hombres y 5.000 mujeres).
Para su construcción, en la que participaron 10.000 artesanos y 68 arquitectos, se construyó un espolón de 800 metros de largo, 50 de ancho y diez de altura, que una vez finalizada la obra se derribó, por lo que la mezquita se encuentra en terrenos ganados al mar.
La estructura, de acero inoxidable con pilones de hormigón cubierto de granito, cuenta con un techo corredizo capaz de recogerse para ventilar en tan sólo tres minutos y de cerrarse en dos, así como una gran puerta de titanio y latón de 34 toneladas de peso.
El suelo, de mármol, incluye un sistema de calefacción para los momentos de oración -que se producen cinco veces al día- en los meses más fríos del año.
Hereu, que ha calificado el templo de impresionante y reflejo de la religiosidad de este país (la mezquita se pagó por cuestación popular), ha visitado también la zona subterránea, en donde se han ubicado 41 espectaculares fuentes reservadas para abluciones.
La gran mezquita de Casablanca se ve desde lejos gracias a un minarete de 200 metros, culminado con una bola láser dirigida hacia La Meca, que alcanza una distancia de 34 kilómetros.
Hereu, que se encuentra de viaje oficial en Marruecos, donde ha visitado hoy en Casablanca la gran mezquita de Hassan II, una de la más grandes del mundo, ha dicho que todas las religiones han de tener la capacidad de contar con sus centros de culto, unos equipamientos básicos que recoge la Ley "En Cataluña hay una ley (la de centros de culto) que expresa la necesidad de ir desarrollando estos equipamientos y eso se hace desde las autonomías de cada una de las religiones", ha señalado el alcalde, para quien "las ciudades son un espacio de valores donde se han de desarrollar, y que han de permitir el marco donde hacerlo".
Hereu ha recalcado que no le toca al ayuntamiento fijar dónde se debe construir los templos, "sino generar el marco donde se puedan tirar adelante los proyectos, no somos nosotros quienes debemos hacerlos, somos una sociedad laica".
La gran Mezquita de Hassan II que hoy ha visitado el alcalde pocas horas antes de coger el vuelo de regreso para Barcelona es un impresionante templo construido junto al mar Mediterráneo, entre 1987 y 1993, en cuyo recinto caben 105.000 fieles, 80.00 en la explanada y 25.000 bajo cubierto (20.000 hombres y 5.000 mujeres).
Para su construcción, en la que participaron 10.000 artesanos y 68 arquitectos, se construyó un espolón de 800 metros de largo, 50 de ancho y diez de altura, que una vez finalizada la obra se derribó, por lo que la mezquita se encuentra en terrenos ganados al mar.
La estructura, de acero inoxidable con pilones de hormigón cubierto de granito, cuenta con un techo corredizo capaz de recogerse para ventilar en tan sólo tres minutos y de cerrarse en dos, así como una gran puerta de titanio y latón de 34 toneladas de peso.
El suelo, de mármol, incluye un sistema de calefacción para los momentos de oración -que se producen cinco veces al día- en los meses más fríos del año.
Hereu, que ha calificado el templo de impresionante y reflejo de la religiosidad de este país (la mezquita se pagó por cuestación popular), ha visitado también la zona subterránea, en donde se han ubicado 41 espectaculares fuentes reservadas para abluciones.
La gran mezquita de Casablanca se ve desde lejos gracias a un minarete de 200 metros, culminado con una bola láser dirigida hacia La Meca, que alcanza una distancia de 34 kilómetros.
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