La Asociación de Inmigrantes de Linyola teme que el consistorio les deje sin local de culto, ya que actualmente llevan a cabo esta práctica en un almacén sin los permisos correspondientes. En concreto, desde hace cinco años, este colectivo tiene alquilado el almacén de un vecino de Linyola, ubicado en la calle Pons i Arola de la localidad. Su actividad provocó las quejas de varios vecinos que denunciaron la situación ilegal. Ante esta situación, la Asociación de Inmigrantes presentó al ayuntamiento una solicitud para regularizar el almacen en junio de 2007, no bteniendo respuesta hasta hace dos semanas cuando el alcalde de Linyola, Joaquim Mir, les amenazó con cerrar el local, según explicó el representante de la asociación, Ahmed EI Khadraqui. Según la asociación, se vieron obligados a alquilar el almacén ya que el consistorio les cedió un espacio de 8 metros cuados, "insuficiente para albergar las más de 20 personas que asisten a las ceremonias y clases de catalan y árabe, que se realizan en el almacen". Por su parte, el concejal de Independents per Linyola, Frederic Batlle, afirmó que cuando fue alcalde ya pidió reiteradamente al propietario del almacén que legalizara el local. "Como no recibimos respuesta paralizamos las actividades. Pero con la llegada del nuevo equipo de gobierno se han retomado, a pesar de seguir en la ilegalidad", afirmó Batlle. El portavoz de ERC, Oscar Cami, aseguró que el local no esta preparado para este tipo de eventos, por que puede ser peligroso en caso de incidentes. Segun Cami, su partido ha recibido quejas por parte de vecinos que temen los conflictos que se puedan ocasionar por el aumento de asistente. Ahmed EI Khadraqui negó esta posibilidad, argumentando que sólo asisten inmigrantes de Linyola. "Sólo queremos conservar nuestra cultura", afirmó. Por su parte, el alcalde de Linyola, Joaquim Mir, rehusó hacer declaraciones.
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